sábado, 28 de mayo de 2011

De Estudiantes a Egipto

Entre los granizados de parchita y la ensalada césar con camarones; entre la ayuda humanitaria hacia los huérfanos y una relación estrecha con sus familiares y amigos, Jesús “La Pulga Gómez” ha revelado su talento desde muy joven y a lo largo del tiempo en las canchas de futbol.

Una lesión en su tobillo derecho durante un entrenamiento le arrebató la ilusión de participar por primera vez en la competencia de fútbol más antigua e importante del continente americano, La Copa América.

Desde hace un año “La Pulga Gómez” está militando en el club Wadi Degla de Egipto, esta ha sido una buena campaña para su crecimiento personal. En lo que va de temporada lleva un record de dos ganados, dos empatados y uno perdido, marcando dos goles.

Anteriormente y con la ayuda de Enzo Gimino Tropiano, entrenador y delegado del Caracas FC, Gómez logra figurar en la onceaba titular del club. Por la humildad, sencillez y buen desempeño consigue el título como mejor jugador de la liga 2009 – 2010 en Venezuela.

Para el año 2007 - 2008 se encontraba en el mundo Árabe con el All Ittihad de Siria y un año antes (2006 – 2007) se integró al Rajah Marroquí, situado en África del Norte, adquiriendo una perspectiva distinta de juego, el cual ayudó a su crecimiento profesional dejando huellas en sus pasantías.

Perteneció a la selección nacional venezolana “la vinotinto” donde marcó un tanto en un partido amistoso contra Colombia para el año 2005, desempeñándose como volante ofensivo y en ocasiones de delantero.

Jesús Javier Gómez Mercado, oriundo de San Antonio del Táchira, debutó con el equipo Estudiantes de Mérida en el año 2004 – 2005, con tan solo 20 años de edad, comenzando con una buena racha tras haber conseguido anotar cuatro goles en la primera división venezolana.

Su desempeño profesional no es la única virtud que posee, su carisma, humildad, su actitud optimista para con los demás, son grandes cualidades que “La Pulga Gómez” deja como ejemplo a quienes conoce y aquellos que quieren seguir sus pasos.


Edgard Adrian

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