Editorial
EL PERIODISTA EN PELIGRO
Para aquellos que no lo sabían, Internet se remonta a la década de los 60, en plena Guerra Fría. Estado Unidos de Norte América crea una red exclusivamente militar, con el objetivo de que, en el hipotético caso de un ataque ruso, se pudiera tener acceso a la información militar desde cualquier punto del país. Para ese entonces se llamaba ARPANET. El desarrollo de las redes fue abismal, y se crean nuevas redes de libre acceso que más tarde se unen, formando el embrión de lo que conocemos como INTERNET.
Hoy en día vivimos unos tiempos en los que se centran tantas crisis, que la novedad sería que alguien o algo no esté en una situación crítica. Pero enfocándonos en un tema en específico, me iré por el argumento del Internet como un mal para el periodismo.
Tener una audiencia planetaria que puede acceder, participar y generar los contenidos en cualquier momento y lugar, puede formar una especie de guerra contra los medios tradicionales (y los profesionales que trabajan en ellos).
El Internet ha pretendido un supuesto cambio que muchos periodistas no han querido ver y una oportunidad que prefieren perder, simplemente porque no creen que la información que aparece en el ciberespacio sea fiel, veraz o noticiosa, debido a la publicación incesable de información. Y es ahí en donde el periodista como profesional, o el estudiante como amante de su carrera, debe demostrar con calidad y honestidad porque algo es noticioso.
Por tal motivo se puede decir que la evolución del Internet ha podido llegar al punto de convertirse en un arma de doble filo. Lo único que queda es de formarnos lo mejor posible para no ser parte de esa tropa de desinformados o fóbicos a la innovación y en este caso a la del Internet.
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