jueves, 23 de junio de 2011

Sexo tántrico: ¿Orgasmos prolongados? Sí, por favor.

David tiene diez años de casado y 13 haciendo el amor con la misma mujer  -según dice-. Sí, sé lo que piensan: “¡Qué falso! ¡Más falso que las paredes de anime del Chapulín Colorado!”. Pues ni modo, es su palabra contra la de ustedes. El hecho es, que David, luego de tantos años teniendo sexo con su esposa, ha caído en una suerte de limbo sexual.
Sus encuentros sexuales se han espaciado por semanas, sin siquiera existir un problema entre los dos, no pelean –más de lo normal-, siguen queriéndose tanto como al principio de su relación,  están felices en el lugar donde viven y están solventes económicamente. Hace tiempo decidieron no tener hijos por lo que traer un niño a colación, no está ni remotamente cerca de solucionar su problema de alcoba.
El problema real es la falta de deseo del uno por el otro, al parecer, luego de tantos años juntos, agotaron su repertorio en la horizontal y por tanto, cayeron en la tan odiosa y aburrida monotonía.
David, un tanto frustrado, comenzó a pensar en qué hacer para reactivar esa lujuria tan oxidada entre su esposa y él. Luego de un rato, recordó haber escuchado, quien sabe en donde, que Sting, un músico británico, practicaba algo llamado sexo tántrico y una vez hizo el amor durante tres días seguidos. “Berro”, tres días seguidos –dijo David con voz de Homero Simpson cuando piensa en cervezas-.
Luego de investigar un poco y comprar algunos libros, David estaba suficientemente empapado del tema como para hacerle la propuesta a su mujer. Así lo hizo, le habló a Dania, su esposa, durante un buen rato acerca del tema y esta aceptó gustosa. La idea de practicar algo completamente diferente la intrigaba, de hecho, la calentaba un poco.
La primera vez, ligeramente torpes en esta nueva práctica, más allá del gozo, pasaron un rato agradable probando esta nueva técnica –nueva para ellos-. A medida que lo practicaban con mayor frecuencia, fueron afinando detalles hasta que eventualmente desapareció ese limbo sexual en el que habían caído. “De nuevo a la normalidad, es más, una normalidad mejorada”,  pensó Carlos.
¡Esperen! Antes de que corran a investigar sobre el sexo tántrico, recuerden que el sexo en sus distintas versiones sigue siendo sexo y por tanto debe practicarse responsablemente. ¡Protégete!

OSCAR LAZO

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