New Journalism "6B"

Casas encantadas y lugares de Misterio

¿Hay alguien allí?

Son muchas las historias para no dormir que se cuentan sobre las que se dicen ser “casas encantadas”, pero, ¿se trata solo de cuentos o hay algo de realidad en ellas?

Aunque nos resulte difícil de creer, no se trata solo del imaginario colectivo, de leyendas urbanas o de invenciones cinematográficas; estos sucesos paranormales existen, y no solo ocurren a miles de kilómetros en otros países lejanos; más cerca de lo que pensamos son muchas las casas en cuyo interior se gestan historias dignas de la más aterradoras películas de horror.

Probablemente, pocos de nosotros tenemos conocimiento sobre la existencia del Instituto Venezolano de Parapsicología, un organismo que desde hace cuarenta años ha estudiado los fenómenos paranormales que quitan el sueño a más de un habitante de nuestro país.

Cabría entonces preguntarse, ¿qué fenómenos suelen presentarse en las casas encantadas? La parapsicóloga Albertina Oliveira de Hernández, fundadora del instituto antes señalado, explica, que cambios abruptos de temperatura sobre todo fríos repentinos, extraños olores que aparecen y con la misma rapidez se desvanecen sin poder determinar su procedencia, objetos que levitan, sombras extrañas, susurros y ruidos estruendosos suele ser la fenomenología que se da lugar en estos recintos tachados de “embrujados”.

Lo que solemos ver en películas de terror, como objetos que vuelan por los aires movidos por manos invisibles, luces que se encienden y apagan, grifos, puertas y ventanas que se abren y cierran sin explicación o mesas y sillas que se arrastran, son en oportunidades, los fenómenos que algunos suelen experimentar en sus hogares.

Pero, ¿por qué estos fenómenos se dan solo en ciertos lugares? Especialistas en la materia, cuentan que sitios donde han ocurrido tragedias, crímenes violentos, masacres o acontecimientos funestos suelen quedar “impregnados” por las emociones humanas, dando paso a estos acontecimientos, que no sólo tienen lugar en casas o recintos cerrados sino también en bosques, montañas, inclusive pueblos enteros que son hoy día por su casuística, conocidos como lugares malditos.

Hernández, quien también es sensitiva, ha evitado visitar el estado Vargas después de la tragedia del año 1999. Según comenta, las impresiones y sensaciones que capta en este lugar son sumamente dramáticas y aterradoras; gritos de ayuda e imágenes de “seres difuntos” pidiendo auxilio es parte de lo que puede percibir allí. Muy cerca de nuestro país, en Armero, Colombia, otros investigadores paranormales, han asegurado haber experimentado las mismas sensaciones luego de la tragedia que azotó a este pueblo en el año 1985.

Ninguno de nosotros está exento de experimentar estos sucesos. Lo que nos hace diferentes ante este fenómeno, es el nivel de sensibilidad de cada uno, es por esto, que muchas personas pueden percibirlos y otras simplemente no tienen desarrollada esta capacidad perceptiva. En ocasiones, el problema no es la casa, sino quienes la habitan, que resultan ser “imanes” para estas entidades sobrenaturales. Tal como nos expone la parasicóloga, “todos nacemos con este ‘don’, pero pocos saben y quieren desarrollarlo”. Es un hecho que tememos aquello que desconocemos, pero muchas veces, simplemente no tenemos elección.

Por ejemplo, remodelaciones en nuestra casa, pueden alterar las energías dando entrada a estos sucesos, inclusive el terreno sobre el cual está construida nuestra vivienda influye en el hecho de despertar a estas “presencias sobrenaturales”, tal como le ocurrió a una familia en Guarenas, quienes permanentemente escuchaban extraños ruidos y susurros, veían sombras en los corredores y experimentaban extrañas sensaciones, razón que los motivó a pedir ayuda. Luego de las investigaciones, se determinó que el terreno era una antigua hacienda y a sus pies se encontraba el cementerio en donde se sepultaba a los muertos del lugar.

Los que vivimos en apartamento no somos menos vulnerables a experimentar estos sucesos. ¿Sabemos quién habita en el apartamento superior, inferior o en los apartamentos contiguos? En ocasiones, estos fenómenos no son propios ni pertenecen a nuestra vivienda, sino que vienen a “visitarnos”; tal como le ocurrió a una señora de Caracas, quien al momento de mudarse a un nuevo apartamento comenzó a notar una rara atmósfera; extrañamente sus hijos comenzaron a enfermarse con frecuencia, por lo que alarmada, pidió ayuda. El apartamento fue “limpiado” con rituales que suelen hacer desaparecer estas energías o presencias negativas; pero éstas nunca se retiraron, habían llegado para quedarse. Poco tiempo después se descubrió que el apartamento superior había sido el escenario de un abominable crimen en el cual, madre e hijo fueron brutalmente asesinados. Al parecer, las almas en pena habían decidido mudar su hogar un piso más abajo atraídas por los nuevos vecinos quienes no tuvieron más remedio que marcharse.

Ciertamente, no muchas víctimas de lo sobrenatural se atreven a contar sus experiencias, porque muy posiblemente sean tachados de “locos” o de estar “alucinando”; pero las personas que coexisten con estas “entidades negativas” suelen vivir en un constante estado de ansiedad, dudan de su cordura, pierden el sueño, tienen terrores nocturnos, pesadillas recurrentes y en ocasiones aparecen en sus cuerpos marcas, mordiscos, golpes y arañazos en lugares donde es imposible autolesionarse, el clima en la casa es agobiante, peleas constantes y discusiones sin razón en ocasiones desencadenan en violencia doméstica.

Los que hemos visto la película “Terror en Amityville”, nos guste o no, no nos hemos quedado indiferentes al conocer que ésta, está basada en hechos verídicos, el filme nos relata la historia de una familia atormentada por una casa que parece revelarse ante sus dueños. Pero aquí damos cabida a la frase: “a veces la realidad supera la ficción”, y así es. En esta vivienda de Ocean Avenue, Nueva York, la madrugada del 15 de noviembre de 1974, Ronald DeFeo Jr., conocido como “Butch”, un joven de 17 años, asesinó a sangre fría a sus padres y a sus cuatro hermanos mientras dormían. En sus confesiones el joven homicida llegó a afirmar que una voz que salía de las paredes lo había inducido a cometer este aborrecible crimen y así consta en los informes policiales.

Pues bien, las casas encantadas o lugares misteriosos, son un fenómeno mundial y Venezuela no es la excepción. Hernández compartió la experiencia vivida en una casa ubicada frente a un popular colegio de la capital, que durante muchos años se ha intentado vender pero los que se mudan allí, abandonan el lugar enseguida, atemorizados y sin dar explicación. Lo mismo ocurre en otra casa en Cumbres de Curumo, cuyos antiguos propietarios, una joven pareja asiática, un día sacaron todos los muebles y enceres al patio y se negaron a continuar viviendo allí aterrorizados por los extraños sucesos.

Quienes hemos visitado  el Teatro Municipal de Caracas, tal vez lo pensemos dos veces antes de volver. Se cuenta que en 1921, el actor Julio Villarroel, actuaba una escena en la que se suponía debía fallecer, pero sufrió un infarto fulminante y murió. El público pensando que era parte del espectáculo comenzó a aplaudir. Tiempo después solían verle por allí, aparecía siempre ante los ojos incrédulos de sus compañeros de teatro y uno que otro visitante. Al parecer sigue rondando tras bastidores, esperando su turno para salir a escena.

Otra anécdota si se quiere más cercana, tiene como escenario el Museo Sacro de Caracas. En el mismo, estudiantes de comunicación social de la Universidad Santa María, se encontraban haciendo unas filmaciones sobre los supuestos fenómenos paranormales que se daban lugar en este recinto, cuando de pronto una de las jóvenes manifestó sentirse enferma y afirmó estar experimentando extrañas sensaciones. Al ver el video tiempo después, notaron que el audio no podía escucharse, aun  cuando los equipos funcionaron a la perfección durante la grabación y quienes los manipularon eran técnicos expertos. Extrañadas consultaron a una experta paranormal quien les señaló, que en ocasiones las “entidades” interfieren en los aparatos electrónicos, impidiendo que se grabe el audio, el video e inclusive se capten imágenes fotográficas. En otras oportunidades, las baterías de imprevisto se agotan pero al salir del lugar misteriosamente recuperan la carga.

Para aquellos a quienes nos apasiona el misterio y todo aquello que resulta inexplicable y sobrenatural, visitar el Hatillo, puede ser una experiencia fuera de serie, sobre todo si nos paseamos por la Casa del Cronista, donde cuenta la leyenda que la figura de un niño de unos 10 o 12 años de edad ha sido vista por los residentes de esta casa y por muchos otros que la han visitado. Parece tratarse de un niño, que fue enterrado vivo junto al oro de un cura del Hatillo para que no pudiera revelar su escondite.

¿Qué tal unas pasantías en Radio Nacional?, donde muchos trabajadores que han laborado en este recinto, dicen haber experimentado sucesos anómalos. Sonidos, voces y figuras sombrías que recorren las estancias. Rafael Silva, creador y productor general del programa radial “Nuestro Insólito Universo”, contó que una madrugada se disponía a ir al baño, pero cuando subió las escaleras, vio que una mujer pasaba hacia la oficina de la dirección; pensó que ella también iba al sanitario, pero cuando subió notó que estaba desocupado y todas las luces apagadas.

Si nos agrada la lectura, que tal leer la penúltima obra de la poetiza ya fallecida Elizabeth Schön, “Visiones Extraordinarias”, que dicen está inspirada por los sucesos paranormales que experimentó en su casa en los Rosales. Muchos afirman que el espíritu de una joven a la que Schön cariñosamente llamaba “hija”  rondaba la estancia. Se dice, que en vísperas de su matrimonio, la chica cayó en un pozo y falleció. Desde entonces su alma atormentada parece penar sin descanso por los pasillos de la casa.

Y para los amantes de la aventura y el aire libre, pernoctar en el Ávila tal vez no sea una buena idea si se es fácilmente impresionable. Nos contó Hernández que su propio hijo tuvo una aterradora experiencia, cuando decidió junto con unos amigos ir a acampar; se quedaron en tres carpas y justo a las tres de la mañana, todas fueron arañadas, al mismo tiempo, por manos invisibles. Los jóvenes salieron despavoridos y esperaron afuera sobre una piedra a que amaneciera.

Pero nuestra montaña capitalina guarda más misterios, entre los que figura la Finca Bella Vista, en Galipán; antiguo hogar del doctor Gottfried Knoche y sus momias. Hoy día solo algunas de las paredes exteriores continúan en pie, pero años atrás aún podía verse la momia de un antiguo soldado de la guerra federal, en la puerta de entrada, vistiendo un roído uniforme y con su rifle en la mano, proporcionándole a este sitio un halo de misterio que aún hoy día continúa vigente.

Cualquiera sea la explicación a estos fenómenos, mito o realidad, producto de la mente humana o manifestaciones del más allá, depende de cada uno de nosotros valorar su veracidad. Lo que no podemos negar, es que abundan los casos de casas encantadas o lugares misteriosos, y todos conocemos de alguien que dice haberlos experimentado. Inclusive nosotros mismos en nuestro hogar alguna vez hemos visto, escuchado o sentido a nuestro alrededor “algo” que no podemos explicar. Los típicos sonidos de lo que parecieran ser metras sobre nuestro techo, sombras que alcanzamos a ver con nuestra visión periférica, sensaciones de estar siendo observados, que algo invisible pasa a nuestras espaldas o nos roza, los vellos de nuestros brazos erizándose sin explicación,  nuestro perro ladrando a una esquina, objetos que desaparecen aun cuando sabemos que no los hemos perdido o despertarnos de pronto en la madrugada sin motivo aparente.

Como seres racionales intentamos encontrar explicación lógica a todo aquello que nos sucede, pero hay fenómenos que no tienen explicación; esos que son llamados “fenómenos paranormales” y que nos hacen preguntarnos: ¿estamos realmente solos?

KATHERINE PROVENZA ARIAS