Diez años sobreviviendo
con una inflación de 30%
“¿Cuánto cuesta la Nucita?”, pregunta un muchacho en el supermercado Luvebras de Santa Mónica, después de agregarle a última hora a lo que está pasando por la banda corrediza, un frasco de dicho producto. La cajera pasa el producto por la máquina. “50”. ¡¿Qué?!, ¡¿50?!”, responde el muchacho con un grito. “¡Pero si la última vez costaba 24! No, no, no.” E inmediatamente lo abandona en la estantería, y cancela sin agregarle una chuchería a su compra. La señora que iba atrás en la cola, le comenta riéndose: “Si la cosa es así, yo no compro mas chucherías, habrá que hacerlas uno”, mientras devuelve un paquete de Pirulín, del cual le acaban de informar también, que cuesta 50 bolívares fuertes.
Escenas similares se observan en todos los supermercados de Venezuela. Pero no solamente las chucherías, artículo que podría considerarse una frivolidad, han aumentado exponencialmente. Todos los productos lácteos han aumentado hasta cinco veces su valor, y esto porque, según Rafael Díaz Casanova, ingeniero civil de investigación en la UCV, y columnista de la pagina analítica.com, “la producción nacional se ha reducido sustancialmente, (13,3% desde 1996 hasta 2006, según Cavilac). Las importaciones 2007 han sido insuficientes, y desincronizadas tanto en el tiempo como en su distribución espacial y social. El entorno negativo a la producción agropecuaria, afecto la producción de leche que sigue cayendo, por la inseguridad rural y fronteriza, y el terror agrario oficial.
“Mi papa siempre fue rico, y mira, ahorita tiene que echarle bolas para que le alcancen los riales. Nosotros almorzábamos hasta dos o tres veces por semana en restaurantes caros, y ahora no podemos darnos ese lujo, McDonald´s y si acaso, y a veces hasta ni eso”, comenta Víctor Lizardo, también cliente del Luvebras de Santa Mónica. Antes los venezolanos comían en cualquier centro de comida rápida, por menos de 20 bolívares, era lo único realmente barato. Hoy en día, el “Combo del día”, de McDonald´s, que se supone que esta hecho para ahorrar, vale 35 bolívares fuertes, en su versión mediana, casi lo mismo que un kilo de carne.
“No sé cómo me rinde mi platica, para seguir comprando en el supermercado, yo como que me cambio al abasto”, manifiesta Carmen Ordoñez, tercera en la cola. Los habitantes de Santa Mónica siguen comprando en Luvebras por comodidad, por la cercanía del supermercado con los hogares de muchos, pero en vista del alza de los precios, muchos han tenido que cambiarse a los abastos, cambiando la costumbre de toda una vida.
Venezuela se ubica actualmente en el puesto 153 de 192 países en nivel de desarrollo, según encuestas publicadas en la página International Living´s Quality of Life Index. A todas estas los productores y el gobierno niegan la escasez de lácteos. El presidente de la Cámara Venezolana de las Industrias Lácteas, (Cavilac), Roger Figueroa, sostiene que no hay escasez de leche en el mercado nacional, según él “los inventarios disponibles de leche en el país son suficientes, no debe haber ninguna alarma, y esto está garantizado todo el año”, manifestó Figueroa a Union Radio.
Reinaldo Rene Rodríguez
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