viernes, 27 de mayo de 2011

El único Guanábano que necesitó vigilante para que no murieran más personas.
En tiempos de Guzmán Blanco se construyó una mansión en lo alto de La Pastora, hubo que construir el puente que unía esta parte alta de la ciudad con el centro de la misma, pues cuando el viejo Guzmán se fue a vivir a su lujosa quinta no existía ninguna calle que uniera este sitio con el resto de la ciudad. Fue totalmente reconstruido, bajo la dirección del Ingeniero Ayala. Hoy existe en él una placa de mármol donde está grabada la fecha de su construcción.
 El puente El Guanábano adopta este nombre porque pasaba por encima de la esquina, llamada todavía así debido a que algún vecino anónimo sembró un guanábano que ofrecía su sombra y dulce frutos a todo transeúnte o residente de la zona.
 Algo más macabro hace trascender fronteras y perdurar en el tiempo y es que  esta esquina y puente de la querida capital Caracas, ha sido escenario y testigo del suicidio de algunas personas que querían encontrarle solución drástica y rápida a sus problemas, lanzándose de este puente. Las autoridades se vieron obligadas a poner un guardia diario para vigilar que los suicidas no se arrojen por el puente del Guanábano.
Tal es el caso de una señora que al lanzarse se le abrieron las ropas y ungieron de paracaídas dejándola únicamente con rasguños y moretones, “ese no era su día”, o  también el de  la ama de casa y madre de dos criaturas que al ser abandonada por su esposo quiso arrojarse junto a sus pequeños pero un transeúnte lo evitó.  Hubo un polaco que llegó a Caracas dirigiéndose directamente hasta el puente y tirándose hacia el abismo, cayendo completamente destrozado.
Lo que ha hecho célebre el Puente Guanábano no son sus casas humildes que han surgido a la orilla del Río Catuche, ni sus hermosos jardines de rosas que se miran desde su altura, ni el bello paisaje para la época, sino que hoy en día cuenta con un número de récord de suicidios. Muchas historias, trágicas conoce el Puente del Guanábano; cuando se inicia la ola de suicidios en Caracas, el puente sirve, como dice el pueblo en su lenguaje criollo, de "revólver del pobre". Y bajo sus arcadas de hierro se han estrellado más de dos mil personas locas o desesperadas, que han creído encontrar en la muerte violenta, el remedio a todos sus males.
 Hoy día bajo el puente viven familias pobres que lavan sus ropas a la orilla del río y cocinan sus alimentos en un anafe. Muchos niños y ancianos inútiles y enfermos, viven bajo el puente en chozas levantadas por ellos mismos.
El famoso Guanábano que dio nombre al lugar, desapareció hace mucho tiempo.


Linda Beltrán

2 comentarios:

  1. Es interesante conocer la ciudad y su historia, anecdotas porque si en algo somos ricos es en las vivencias y cotidianidad que le dan sabor a la sociedad.

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  2. Muy cierto, los habitantes de caracas, poco conocemos de su historia

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