viernes, 27 de mayo de 2011

Las raíces olvidada de nuestra música venezolana.
He observado  los pueblos  a los que ido a visitar en el estado Miranda, sus festividades en las cuales me llama la curiosidad profunda de admiración y devoción por sus fiestas patronales. La famosa parranda de San Pedro se celebra el 29 de junio, según su tradición San Pedro hizo un milagro de curar a una niña enferma, y desde entonces su mama la señora  María Ignacia salía con todos los parranderos del vecindario a bailar en la procesión del Santo. Cuando muere la doña Ignacia su esposo se viste de mujer  en representación de ella para danzar y cantar en honor a San Pedro.
Me llama la atención que hacen una  misa en honor al santo, los devotos bailan con el apóstele en el hombro dentro de la iglesia, cosa que es poco permitida en el templo, luego salen a recorrer todas las calles del poblado; Le rinde su culto y pagan promesas según el municipio, este santo a hecho muchos milagros señoras que lloran de alegría. Es admirable ver como estas personas todavía respetan sus tradiciones y las mujeres mas ancianas del pueblo se encargan de hacer comidas típicas en las fiestas.
Hoy en día se ha mantenido olvidada la música venezolana, los habitantes mirandinos siempre han tenido sus costumbres, creencias, y tradiciones. En la época colonial de Venezuela siempre se ha denominado el ritmo criollo como una diversión popular entre las personas y las familias cuando se reúnen a celebrar las festividades de su zona.
En la realidad todavía existen muy pocos conocimientos sobre el pasado de nuestros aborígenes, existen muy pocas versiones de individuos jóvenes de la sociedad con respecto al folklor venezolano. Ya no se juega el papel ni el rol de la tradición criolla en las ciudades, sino que se muestra en los pueblos que visitamos. Los campesinos nunca olvidan sus hábitos en sus regiones, siempre se plasman y se identifican mucho con su cultura musical de su población. Se doctrinan a sus celebraciones y bailes con criterio natural como uno lo quisiera disfrutar en un ambiente muy agradable típica región; donde uno como varón invita a la hembra  que nos guste a bailar abrazados y agarrados sujetándola de ambas manos mirándose fijamente a los ojos, y se proyecta la alegría, el respeto y el dominio del hombre sobre la mujer.
Dando los frutos que nos dio la naturaleza como la vida y  nuestro creador respetando las creencias de cada persona, como las experiencias humanas que vivimos día a día, su hermosura, lo bello, las vivencias cotidianas, los amores buenos y malo, y lo más importante los campos y tierras de donde nacimos y vivimos, y que provee nuestra nación en la que nacimos.
Se puede mencionar un testimonio de una mujer de nombre Milagro Soto, una abogada que pertenece a un grupo llamado “Las Fundadoras”, expreso que su agrupación está conformada por 3 percusionistas, 3 solistas, 2 coristas, 1 cuatro, 1 maraca. Todas mujeres trabajadoras, profesionales, estudiantes, y ama de casa; que pertenecen a un centro cultural denominado “ M.A.G.O.” Miembros Activos Guatireñas Orgullosas, una organización que funciona desde el años de 1985, cuyo objetivo de estas damas y organización es de encargarse de rescatar las raíces de nuestra música folklórica venezolana. Plasmando su raíz e influencia que es llamado “Fulia” que proviene del continente europeo traída por los españoles en sus cantos, cuando llegan a América Latina conocen a los indios y a los negros. Esa fue la generación que le agrego el sazón como se dice en nuestra tierra sabroson y el  toque de los tambores que escuchamos en la festividades, actualmente tiene ahora influencias africanas y llaneras oriundas de los indígenas de nuestros antepasados.
Cuando esta orquesta hace sus presentaciones  cuando celebran las fiestas del área mirandina barloventeña con motivo a las fechas patronales cantándole, improvisando y rindiéndole tributo homenaje a la virgen de Copacabana, a los santos, a los diablos de yare, a la cruz de mayo, el nacimiento del niño Jesús, a los muertos en sus velorios y entierros. Se presenta en vivo en lugares como las plazas, auditorios, espacios libres, paisajes naturales;  Y se ve y dan cuenta que tienen un tipo de público adulto contemporáneo y de ancianos, donde la reacción es de compartir y disfrutar, en cambio para los jóvenes les suena un poco extraña debido a que no se han cultivado con muestro folklore, y la meta es que se conozca nuestros orígenes de la música de Venezuela.
Wister Dávila

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