Adolescentes optan por el aborto antes de ser responsables.
Un bebé me roba la adolescencia
La problemática del embarazo precoz y sus consecuencias, entre las cuales el aborto tiene un sitio especial, se ha tornado mucho más compleja y evidente en los últimos años, las razones son obvias, e incluyen aspectos biológicos, psicológicos y sociales.
Dentro de los biológicos se encuentra la creciente tendencia en ambos sexos a la aparición del desarrollo puberal a edades cada vez más tempranas, lo cual incrementa el período en el cual las y los adolescentes son biológicamente fértiles, pero no poseen ni el desarrollo psicológico ni social adecuado para enfrentar estas responsabilidades, de esta forma se hace más amplio el período de vulnerabilidad para la ocurrencia de embarazos no deseados ni previstos, pues como es conocido, en el mundo actual competitivo y globalizado los adolescentes y jóvenes precisan de prolongar cada vez más el período de instrucción, y por tanto de dependencia económica de sus padres, para poder aspirar a insertarse con éxito en un mercado laboral cada vez más demandante.
Karen y Julio son dos jóvenes de 15 y 16 años de edad, ambos se encuentran en la preparatoria próximos a terminar el 5to año. Como todos, también anhelan alcanzar sus sueños; ella desea ser Maestra y el un afamado Doctor. Para ambos su amor era real y eterno, se juraron que al graduarse continuarían juntos hasta poder casarse y formar una familia juntos. Lo que no imaginaban era como terminaría todo.
Llega el día de la graduación; ellos y sus compañeros se encuentran rodeados por sus seres amados quienes de igual forma disfrutaban del logro alcanzado; se percibía como en sus rostros les inundaba la felicidad por haber obtenido sus títulos. Como regalo de graduación se fueron todos de viaje a un crucero por las islas que duraba 2 semanas, entre bailes, bebidas y sexo sin precaución no tomaron en cuenta las consecuencias por podría acarrear esa conducta.
Al regresar, pasaron un par de semanas cuando Karen comienza a sentirse un poco extraña de salud, entre esos malestares tenía mareos, náuseas y dolores en su vientre, dejo pasar los días porque pensó que podría ser indigestión o los síntomas premenstruales. Julio si comenzó a notar diferencias en el cuerpo de Karen como senos inflamados, cambios de humor y esos pequeños malestares que ya ella tenía presentes. Tomaron la decisión de ir al laboratorio y su mayor impresión y nervios fue ver el resultado positivo, no hallaban como mirarse, ni que hacer, miles de preguntas se les vinieron a sus cabezas de cómo les dirían a sus padres y por sobre todo qué pasaría con ese futuro soñado para los dos. Pasaron uno días y decidieron que lo mejor para ellos era abortar sin pensar el riesgo que eso implicaba, fueron al ginecólogo, quien le hizo a Karen un eco donde se veía una diminuta semillita quien sería el fruto de su alocado amor juvenil.
El aborto se convierte en un problema cuando actúan la fragilidad de la autoridad familiar, disminución de presiones morales por debilitamiento de la religiosidad y las tradiciones, flexibilidad de los frenos morales ante la conducta sexual liberal y una modificación del sistema de valores. Esta es precisamente la problemática actual que enfrenta Karen y Julio.
Finalmente; tuvieron un acto de madurez al conmoverse con la imagen que presenciaron en el monitor y decidieron continuar, asumiendo la irresponsabilidad y afrontando las consecuencias que traería el embarazo precoz.
Es difícil de conocer con exactitud la problemática real de los abortos en la adolescencia, ya que en la mayoría de los países latinoamericanos y caribeños este proceder es ilegal o tiene serias restricciones, por lo que se realizan gran cantidad de abortos ilegales que dificultan una recolección fidedigna de estos datos. Sólo Cuba, Puerto Rico, Canadá y Estados Unidos cuentan con estadísticas confiables, ya que el aborto es un proceder no penalizado. Pese a las prohibiciones, en América Latina se estiman en varios millones el número de mujeres que abortan ilegalmente cada año, no hay forma de medir exactamente la prevalecía del aborto ilegal, y mucho menos conocer qué proporción de estos tienen lugar en adolescentes.
Fuente
Lisibeth Reyes
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