jueves, 23 de junio de 2011

Una aventura de supervivencia en la montaña

Karenys Torres, Antonio Chirinos, Freddy Márquez, Maicol Betancur, Otilia Koulsar y Ricardo Angioligio. Planificaron una excusión para arribar el parque nacional El Ávila http://www.el-avila.com/info.html. El 01 de febrero del 2011.
La aventura consistía en una caminata de 4 horas hasta llegar a la cascada del Norte, ubicada en Guatire, estado Miranda http://www.araira.org/elavila/pnacascadaelnorte.htm. Sitio donde tuvieron planeado acampar durante tres días y dos noches.
Los excursionistas llevaron consigo equipos de camping para defenderse en la montaña de los cuales se encontraban: carpas, sacos de dormir, linternas, alimentos enlatados, el importante botiquín de primeros auxilios, herramientas como: machetes para cortar el monte y abrir camino junto con hachas que sirvieron para recoger leña.
Eran las 3 pm del 01- 02- 2011, el sol era radiante. Los aventureros con mochila en mano partieron desde la urbanización Valle Arriba en Guatire hacia la boca de la montaña.
La caminata se hizo pesada, pero la fuerza de los excursionistas era inquebrantable, ellos tenían advertido que el camino no era fácil. Toda la travesía era en subida.
4:55 pm. Lograron llegar al primer punto llamado el Mirador, una hermosa vista los sorprendió, lograron ver las ciudades de Guarenas http://es.wikipedia.org/wiki/Guarenas  y Guatire http://es.wikipedia.org/wiki/Guatire, junto a sus montañas aledañas. Los muchachos quedaron admirados ya que se encontraron sobre la montaña más alta y narraron que todo su entorno hacia abajo lo veían “pequeñito”.
Transcurrieron 40 minutos, tiempo suficiente para que los aventureros recobraran fuerzas y continuaran el camino. Ricardo uno de los excursionistas respiró profundo y dijo “aún falta una hora y treinta minutos de camino”.
Los 7 campistas tomaron sus morrales para retomar el camino, comenzaba a caer la tarde, así que debieron acelerar los pasos para llegar a la meta la anhelada cascada del Norte.
Llegó un punto del camino donde los excursionistas ingresaron a la “selva”, así ellos lo llamaron, ya que era un túnel de árboles, enredaderas y matas, que apenas entraban pequeños rayos de la luz del día.
De pronto se fue la luz, ya la noche tomaba la montaña. Como buenos excursionistas tenían linternas en mano para iluminar el camino, aunque confesaron que tenían miedo ya que para nadie es un secreto que la oscuridad era escenario perfecto para que salieran animales depredadores y carroñeros, se decía que era grande la cantidad de serpientes, alacranes, arañas entre muchos http://www.el-avila.com/fauna.html. los 7 muchachos eran carne fresca y presa fácil para cualquier ataque animal.
Karenys, Ricardo, Antonio, Freddy, Maicol y Otilia se apoyaron mutuamente para no decaer y hablaban entre ellos constantemente para darse fuerza e imponer presencia en la montaña con mucha valentía. El reloj marcaba las 9 pm, para ellos indicaba que tenían 2 horas de retraso de lo estipulado para llegar al punto.
De pronto los excursionistas escucharon la fuerza del río que anunciaba que faltaba poco para abordar la cascada, el camino se hizo resbaloso, ya que el ambiente era húmedo, con mucho cuidado lograron atravesar una estrecha senda que los llevó al fin de la caminata.
“! Hemos llegado a la cascada del Norte!”  Exclamaron los aventureros, las linternas alumbraban poco el lugar, todo era muy oscuro; Entre sonrisas y respiraciones aceleradas de tanto caminar, se sintieron satisfechos de haber cumplido la meta.
De fondo solo es escuchaba la caída de agua de la cascada. Había un plano seco, alejado a unos 200 metros del río, ese fue el lugar donde los muchachos decidieron apostarse para armar el campamento.
Encendieron una fogata, montaron carpas y saciaron su hambre y sed. El cansancio se apoderó del lugar, así que decidieron acostarse a dormir, aún les quedaban dos días de aventuras, motivo por el cual era necesario descansar.
El campamento era de rotundo silencio humano, pero ruidoso en sonidos de animales. Se escuchaba como se movían los arbustos de manera misteriosa esto nunca llamó la atención de los excursionistas ya que el agotamiento era inminente. 
Ricardo uno de los cinco montañeros se despertó al escuchar unos pasos; era demasiado tarde, ya que una escopeta http://www.armas.es/tipos-de-armas/1317-escopetas.html apuntaba su cabeza amenazando a matar.
Diez hombres que los excursionistas llamaron “cazadores”, tomaron el campamento. Los asaltados estimaron que la hora fue a las 3 de la madrugada.
El pánico sacudió el lugar. Antonio, Freddy, Maicol y Ricardo, recibieron golpes por los sujetos, quienes pedían que les entregaran todos los objetos de valor, mientras las mujeres: Karenys y Otilia, las apartaron del campamento para que aportaran datos a los maleantes de las cosas que podían sustraer.
Los delincuentes registraron bolsos y carpas, lograron obtener: 7 billeteras, 7 teléfonos celulares, 3 cámaras digitales, 5 reproductores de música, 2 laptops y mucha ropa.
Luego los asaltantes procedieron a huir del lugar, escabulléndose entre la selva, advirtieron que cualquier movimiento ocasionaría que todos murieran.
Afortunadamente los malhechores no atentaron contra la vida de los campistas. Entre lágrimas y gran nerviosismo procedieron a buscar la manera de salir de la montaña, Dejaron las pocas que les quedaban en el campamento y fueron a buscar ayuda.
Fue una aventura traumante para los 7 excursionistas. Es lamentable pero son muchas las víctimas que han pasado por este tipo de experiencias, esto se debe a la inseguridad que reina en el país http://www.guia.com.ve/noticias/?id=47645.  
Durante todo el trayecto los campistas nunca vieron a algún personal de IMPARQUES http://www.inparques.gob.ve/, Policía o Guardia Nacional. Situación que ayudó a los amigos de lo ajeno a planificar su fechoría.
No existen registros fotográficos propiamente en la montaña de la aventura del 01 de febrero del 2011, Donde participaron Karenys Torres, Antonio Chirinos, Freddy Márquez, Maicol Betancur, Otilia Koulsar y Ricardo Angioligio, ya que sus cámaras fotográficas fueron robadas. Según narraron los infortunados, fue una desagradable experiencia de aventura que nunca borraran de sus memorias. 
Freddy Villa

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