viernes, 22 de julio de 2011

Amar al mismo sexo: ¿Miedo e irrespeto?

Para todo adolescente el desarrollo es una tarea llena de retos y demandas, y uno de los aspectos más importantes consiste en definir su identidad sexual.

Enrique es un joven de 17 años de edad, muy guapo y desenvuelto, hasta ahora no ha encontrado identificar su orientación sexual. Existen días en que se despierta y se siente gay y otros en los que se siente totalmente ecuánime. Ha estado esperando durante meses afrontar su realidad y estabilizar su vida para sentirse bien consigo mismo y ser honesto con los demás, pero parece que el temor puede más.
Enrique ha conocido chicas muy atractivas, y se ha formado la idea de que el sexo es un juego de poder con las mujeres; sintiendo esto, como una urgencia de lograr ser varonil para creerse así mismo que no puede estar en la barrera de ser homosexual; sin embargo, Enrique no se siente identificado ni atraído por ninguna mujer que conoce, y como se dice cuando las personas se enamoran, él aún no ha sentido las maripositas en el estómago cuando tiene cerca a una chica guapa. Al contrario y un poco confuso para él, siente excitación cuando comparte con sus amigos o cuando pasa un chico guapo a su lado.
Han pasado muchos meses desde que siente esta confusión por su sexualidad, y no pensó que podía involucrarse con personas del mismo sexo, eso le traía ansiedad y algunas veces preocupación, le daba miedo ser  aplastado por las críticas de la sociedad. Ha Intentado mantener relaciones con mujeres por el temor de ser rechazado por su familia, pero siente que se miente así mismo. Todo iba normal y nunca imaginó que conocería el amor en otra persona de su mismo sexo…
Una noche en pleno verano, entre baile, música y alcohol, Enrique conoce a Pablo, era como si había sido amor a primera vista, un flechazo de amor que los llevo tan lejos que sintió la necesidad de tenerlo cerca, pasaron muchas horas entre baile, conversaciones y miradas pícaras hasta llegar a unos besos y caricias sin sentirse reprimido por lo que dirían a su alrededor; así transcurrió la noche Enrique junto a Pablo;  al despertar lo primero que notó era que había amanecido con otro chico, en ese momento pudo sentir que exploró la sexualidad plenamente sin temor a ser criticado.
Enrique forma su identidad sexual en ese encuentro, dejando de ser ese chico tímido y serio que demostraba al exterior y vive su identidad sexual como pasivo, vulnerable y alocada.
A los adolescentes homosexuales se les debería permitir decidir cuándo y a quién revelarle su homosexualidad. Los padres y otros miembros de la familia podrían obtener entendimiento y apoyo de organizaciones como Padres, Familias y Amistades de Homosexuales (PFLAG)]. Pediatras e incluso Psicólogos. Creando una mejor conciencia se puede lograr hacer más viable el entender las situaciones sexuales expuestas actualmente en la adolescencia.




Fuentes:
American Academy of Child and Adolescent Psychiatry

Lisibeth Reyes


Un bebé me roba la adolescencia

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