sábado, 23 de julio de 2011

“Camino de los Españoles”,
un lugar para recordar

Hacía el oeste del Parque Nacional El Ávila, mejor conocido como “Guararira Reapano, se encuentra otro paseo alucinante como “El Camino de los Españoles”, por la entrada de la Pastor, luego por Puerta Caracas, está en la entrada la comunicaba el puerto de la Guaira con Caracas en esos días intensos de la Colonia.
Los cronistas han reportado diversos nombres para esa vía: “Camino a Caracas”, “Camino a la Mar”, Camino al Puerto de San Pedro de la Guaira”, “Camino Real” o “Camino Viejo”.  Fue el único camino transitable entre las dos poblaciones por más de tres siglos, sirvió para el transporte de personas y todo tipo de bienes y alientos y un importante elemento para la Conquista y colonización de Venezuela.
La primera parada puede ser en la capilla de San José de Campo Alegre, construido en 1950 por Don Manuel Teodoro Muñoz como demostración de su cristianidad. Su color amarillo llama la atención, abren los fines de semana y días de fiesta, hacen dos peregrinaciones al año: una con la virgen de Lourdes y otra con la cruz. Al frente encontraras una casa con fachada desgastada pero humilde, donde venden  helados con presentación criolla con sabor a fresa, mora, parchita y fresa. Más adelante a mano derecha queda el Restaurante y Posada “El Rancho de Manolo”, donde podrás disfrutar de una estadía, alquiler de habitación y hasta pasar el rato jugando Peintboll.
Para disfrutar de ese hermoso paisaje se necesita carro rustico, si en aquellos tiempos había que caminar mucho o andar en burros (lo hacían los españoles para sus traslados) y se corría el peligro de ser atracado por fieras salvajes, hoy en día los ataques pueden provenir del hampa común y desbordada, especialmente en los predios de Puerta Caracas.
Al bajar por el camino del Rancho, verán un nicho con la Virgen de Galipán, ahí siempre existió un nacimiento de agua, pero según los pobladores de ese lugar se secó cuando quitaron la Virgen y brotó de nuevo al regreso de la Santa Imagen. Como a 300 metros a tu mano derecho disfrutaras de una pequeña cueva que da hacía el otro lado de la montaña, son muy pocos los que la pasan por temor a los murciélagos o animales extraños.

En el Fortín o Fotines, solo quedan los muros de piedra de un hermoso castillo, donde los españoles descansaban, todo es muy limpio y está un piso de cerámica sin mucho sentido, tendrán una vista hermosa al valle caraqueño, paseo a cabello y un césped pulcro para descansar el cuerpo en él. Al pararte en uno de los muros observaras Gramovén, Casalta, Propatría e infinidad de ranchos, y al voltear al otro lado verán el mar en un día claro.
Más adelante se llega a las ruinas de Castillo Negro, por el lado izquierdo se ve el Puerto de la Guaira y por el derecho la Ciudad de Caracas. Continuando la ruta de los españoles, se encontraran con una calle ciega, mejor conocida como “La Venta”, la bodega donde se abastecían los españoles durante este largo cruce por la Cordillera de la Costa, también allí hacían sus trueques. Permanecen en pie gran parte de los muros y la estructura fue reforzada para evitar el destrozo total.
Alejandro de Humboldt lo comparaba con otras vías visitadas y él lo pone por encima de ellos diciendo: ““una buena posada que goza ya de alguna celebridad en Europa y los Estados Unidos por la belleza de su situación. Cuando lo permiten las nubes, este sitio ofrece una magnífica perspectiva sobre el mar y las costas cercanas…es deslumbradora la masa de luz que refleja el litoral blanco y árido…”. 
Una ruta llena de piedras y huecos (algo fuertes) son los que transforman el momento en “Fun Race”, con una adrenalina elevada donde el frío se convierte en calor y el paisaje te aleja de los problemas, en un abrir y cerrar de ojos llegas al objetivo final y es a la cima de la montaña “Corozal”, vitalidad para tus ojos por todos lados, admiraras y suspiraras al ver los sembradíos, el bello mar Caribe y toda caracas, desde sus valla de Movilnet hasta los edificios del 23 de Enero. Sentirás el ir y venir del aire, el acercamiento a las nubes y la cercanía de las aves volar a tu alrededor; es un camino lleno de maravillas que desde hace siglos fue y será un lugar para visitar y nunca olvidar.




Dubresky Roldán.

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