Hace un mes yo me encontraba en la oficina en horas de la mañana, tal y como siempre frecuentaba estar. De repente suena el teléfono de mi extensión y era mi jefa para decirme la gran noticia que me iba a Maracaibo a supervisar un evento de uno de nuestros clientes más importantes.
Coordiné todas las cosas para el gran viaje que me esperaba, ya que iba hacer una semana complicada con mucho trabajo y poca diversión. Al llegar a Maracaibo “Tierra de los Patacones” así le dicen los Caraqueños. Al aterrizar en el Aeropuerto de la Chinita, me estaba esperando un taxi ejecutivo contratado por la empresa que trabaja y éste se mostró muy amable, así que abusé de su cortesía y le pedí que me enseñara la famosa Vereda del Lago de Maracaibo y un lugar donde pueda comer, ya que me moría del hambre.
Después de varias vueltas por el centro de Maracaibo llegamos a un lugar donde le encontraba full la entrada del establecimiento llamado “Tu Patacón”, al bajarnos hicimos la cola y a los 5 minutos fuimos atendidos por una cajera muy amable. La comida muy buena, valió la pena entrar a ese lugar.
Al terminar de comer nos fuimos al Hotel Kristoff que era el lugar donde iba a pernoctar los 5 días de estadía en la ciudad Maracucha. El Hotel era cuatro estrellas y muy limpio, lo habría recomendado sin problema.
La Semana fue pasando y me ocupé de la supervisión de los visitadores médicos del laboratorio Beiersdorf, la cual resultó ser muy exitosa, todo salió como quería, la buena noticia es que adelantaron las charlas del laboratorio y me quedó un día libre para hacer varias visitas a la ciudad.
Al día siguiente fui a la catedral del centro de Maracaibo, el único aspecto negativo fue el calor que hacía en el lugar y en la ciudad completa. Comentaron también los visitadores médicos. Volví a la Vereda del Lago y luego fui a otro lugar donde comí pescado frito con ensalada. La comida es excelente en todo Maracaibo.
Al caer la tarde regresé al Hotel para hacer el Check Out de la habitación, ya que mi vuelo salía a las 9 de la noche. Camino al aeropuerto me encontré con un compañero de la universidad y nos fuimos en el mismo taxi hasta el aeropuerto.
Para variar esa noche el vuelo se retrasó pero la experiencia de pisar tierra Maracucha fue muy buena, la ciudad se encontraba en muy buen estado y no tiene nada que envidiarle a Caracas, sin embargo las leyes de transito no son respetadas por los peatones y conductores. Las autoridades deberían estar mas pendiente de esos detalles de ciudadano y conciencia social por lo las demás personas.
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