“Jovial; sincero; viciado por las pequeñas cosas que da la vida; pensador; activo; dispuesto a trascender en la historia; acabatrapo; deportista; vástago de la calle; despistado; básico; foráneo de esta sociedad…” así se auto describe Danny David Escobar en su cuenta personal, donde se desahoga cuando siente la necesidad y aunque tiene 987 amigos en su portal en Facebook, está consiente que su mamá, su papá y su hermano son los únicos que han estado y estarán en los momentos más difíciles.
Escobar tenía 11 años la primera vez que jugó baloncesto organizado, inducido por sus padres, ambos profesores en escuelas municipales, empezó a tomarse la molestia de dedicarle dos tardes a la semana a ese deporte. Tres años después, estudiando en un liceo militar dentro del Fuerte Tiuna, el balón encontraba un espacio en su bolso junto a los libros y la cartuchera. Siempre lo cargaba con él, esperando cualquier hora libre para lanzar unas pelotas.
En algunas ocasiones le decomisaban el balón y su padre tenía que ir hasta el liceo a buscarlo, le regresaban la pelota junto con un sermón de 40 minutos. Su padre nunca se molestaba por eso, más bien sentía un alivio, sabiendo que el problema más grave que tenía su hijo era… ganas de jugar.
En 4to año de bachillerato era parte de la selección de baloncesto del liceo y jugaba en la categoría junior con el equipo de cocodrilos de caracas, club donde permanecería hasta el 2005, luego de que la Federación Internacional de Baloncesto (FIBA), bajara las edades de la categoría juvenil de 22 años a 17, siendo ese su último año como juvenil.
Ese mismo año entró en la escuela de comunicación social de la universidad Católica Andrés Bello y también al equipo de esa casa de estudios, donde solo duró doce meses, se retiró argumentando diferencias irreconciliables con la entrenadora de la selección. Actualmente juega con el equipo de la escuela de Comunicación Social, ganadores invictos del primer torneo interfacultades realizado el semestre pasado en la sede de la casa de estudio.
Para “Cabeza de balon” (como lo llaman varios de sus compañeros), el baloncesto ha sido parte fundamental en su vida, mas alla de ser un prospecto, este joven está creando un proyecto para promover este deporte en los liceos de nuestro país, donde se pautan torneos, charlas, foros, cursos, entre otras cosas, que pueden ayudar a la formación integral de los futuros basqueteros, aunque no quiso revelar la fecha en que dará a conocer tal iniciativa, si nos advirtió que ese plan deportivo revolucionara el baloncesto organizado, Danny David Escobar plantea que el deporte lo ayuda a vivir mejor el día a día en la ciudad, asegura que en la cancha aprendió a tomar decisiones, trabajar en equipo, ser tolerante, reconocer los errores y jamás subestimar a nadie. No piensa vivir del baloncesto pero sí piensa jugar baloncesto toda su vida, “hasta que la muerte nos separe”.
José Antonio Rivas
No hay comentarios:
Publicar un comentario