jueves, 23 de junio de 2011

Incoherencia, Indignación y expropiación
    
Han pasado cinco años desde que llegó a Caracas buscando la estabilidad y superación económica que tanto anhelaba. Después de tanto sacrificio y esfuerzo logró alquilar un local comercial, donde vendía ropa para damas.

     Estela Torres, entusiasmada con su negocio pudo tenerlo al día con todos los permisos, patente y pagos de impuestos exigidos por el estado venezolano. Tenía un local pequeño, donde a pesar del espacio se exhibía bastante la mercancía, paredes, techo y un maniquí se convertían en cómplices de la creatividad de Estela, a la hora de exhibir las prendas de vestir.

     Para mantener un local comercial es de suma importancia tener al día los pagos de los diferentes impuestos, como es el de industria y comercio, en el caso de Estela,  pagaba sus impuestos a la Superintendencia municipal de administración tributaria (Sumat) del municipio libertador. Todos los últimos de cada mes depositaba un monto establecido por hacer uso de la patente de industria y comercio, documento exigido por el municipio para poder establecer un negocio en su jurisdicción. La alcaldía de este municipio percibe diversos impuestos por vehículos, inmuebles urbanos, publicidad comercial e industria y comercio.

     El impuesto al valor agregado es otra responsabilidad importantísima que asume el comerciante, todos los 15 de cada mes se debe declarar al Seniat y pagar el ingreso obtenido por  concepto de IVA. Seguro social, permiso sanitario y a otros requerimientos se ven obligados a cumplir cabalmente los comerciantes.

    Permaneció tan solo tres años en el local, cuando digo tan solo, es porque Estela esperaba estar por mucho más tiempo en aquel local, pensaba reunir un dinero para establecerse económicamente y regresar a su pueblo a invertir en un negocio al lado de su familia.

    Era un día lluvioso, Estela venia de pagar los impuestos, cuando le llega una notificación de la administradora del pequeño centro comercial, informándole sobre la orden de expropiación de toda la edificación y por ende de la desocupación del local a la brevedad posible.

 Artículo 115: 16
  
“Se garantiza el derecho de propiedad. Toda persona tiene derecho al
uso, goce, disfrute y disposición de sus bienes. La propiedad estará sometida
a las contribuciones, restricciones y obligaciones que establezca la ley con
Fines de utilidad pública o de interés general. Sólo por causa de utilidad
pública o interés social, mediante sentencia firme y pago oportuno de justa
Indemnización, podrá ser declarada la expropiación de cualquier clase de bienes…” 
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.

     La depresión se apoderó de la señora Torres, no era para menos, sentía que todo su esfuerzo había sido en vano, no recibió ninguna indemnización por los daños causados ni la ayuda del gobierno para establecer su negocio en  otro sitio y no tenía la base económica para hacerlo. La desesperación y la desesperanza invadieron todo su ser.

    Pasaron varios meses para que Estela se levantara moralmente, ella ya había entregado el local, pero le quedaba bastante mercancía, ropa que necesitaba vender para recuperar su inversión, la solución que encontró fue la de incorporarse al sector informal, ahora Estela es buhonera en la redoma de Petare.

    “Es increíble como una mujer que estaba insertada en la economía formal, que le aportaba tributos al país,  paso al sector informal que lo que hace es restarle a la sociedad, el contraste es evidente por una decisión   inconsulta e inconstitucional, el gobierno no mide las consecuencias de sus actos, psicológicamente hay un mensaje de sumisión hacia  la sociedad” señaló Cesar Ramírez, Psicólogo.

    Los comerciantes de Petare que tienen locales, tienen años padeciendo de la buhonería, ellos pagan todos los impuestos y servicios como luz, agua, teléfono, aseo urbano y algunos pagan condominio, mientras que los buhoneros perciben ingresos similares a los de ellos y no pagan impuestos ni servicios de ningún tipo. Los propietarios muestran su rechazo e indignación.

   “Es difícil salir adelante cuando existe un gobierno que no apoya ninguna iniciativa privada, que toma medidas sin consultar ni evaluar quienes son los perjudicados. Somos un país de gente luchadora, emprendedora que nos gusta trabajar para tener una mejor calidad de vida… lo desesperanzador es que tenemos un gobierno que no entiende el mensaje que le está enviando la gente. En mis planes estaba reunir un dinero para luego invertirlo en un negocio en mi pueblo, ese negocio iba a generar puestos de empleo, bienestar… sigo luchando por mis sueños y más temprano que tarde los voy a lograr” sentenció Estela Torres. 

    Las costumbres, cultura y valores de cada sociedad se reflejan en la coherencia de sus acciones. Es necesario que haya un discurso claro en nuestros gobernantes, para que la población determine y entienda las políticas implementadas, el hecho de que haya un mensaje claro es suficiente para los individuos, debido a que desde ese lineamiento el ciudadano podrá ejercer sus derechos con total plenitud, por ello la importancia de un discurso contundente del gobierno nacional.

    La sociedad está ávida de políticas de estado serias y coherentes, que apoyen el crecimiento y fortalecimiento económico de los diversos sectores productivos del país, de esta manera estaríamos emprendiendo el camino del bienestar y desarrollo social.


Johnny Colina


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