viernes, 22 de julio de 2011

¡Una realidad, para morir!
Muchos hemos ido al cine en algún momento y elegimos por curiosidad o simple “morbo”  una película de terror. En ocasiones la disfrutamos, algunos incluso, llegamos a salirnos de la sala de cine o a taparnos los ojos con algunas escenas que superaron nuestra mente macabra. Pero el terror no queda ahí. El “misterio” muchas veces traspasa la pantalla.
Existen historias detrás del llamado “cine maldito”. Pero no la historia normal, esa que nos interpretan los actores con personajes poseídos por entes diabólicos; sino la historia “negra” que envuelve en tragedia la vida de estos, fuera del rodaje.
Sé que para muchos resultará difícil creer que estos acontecimientos que vivieron los actores, en su mayoría protagonistas de los filmes, hayan sucedido, pero llegó la hora de aceptarlo. Lee un poco más y descubrirás porqué, ver otra película de terror, no volverá a ser igual.
Sin duda, una historia digna de ser un clásico de la cinematografía mundial en su género, es El Exorcista”. Y es que era el tipo de película, para la época, en la que a muchos de nosotros nos mandaban a dormir mientras nuestros padres la veían. Pero aunque nos matara la curiosidad y las ganas de ver aunque sea una escena, ellos tenían razón en hacerlo. Pues esta sería la película que cambiaría la historia del cine del terror.
William Friedkin, director del reconocido filme, no se imaginaría la serie de acontecimientos extraños que ocurrirían, durante y después, del rodaje y producción de la película. La cinta relata los siniestros sucesos de la posesión diabólica de Regan MacNeill, una niña de doce años, y la serie de exorcismos a la que más tarde fue sometida.
Si bien la palabra terror entra muy bien en nuestra historia, no es igual al “terror” que debieron pasar nueve personas relacionadas con este filme. Inexplicablemente durante el rodaje, se incendió uno de los sets de producción, en el que perdieron la vida cuatro trabajadores. Esto provocó el retraso de la filmación por seis semanas. Así como también, algunos rollos de película se velaron sin razón aparente.
Una nueva víctima que cobró esta “maldición”, fue el actor irlandés Jack MacGowran, quien interpretaba a Burke Dennings. Mientras participaba en el rodaje y tras filmar la muerte de su personaje en la película, murió de una complicación resultante de una epidemia de gripe.
Otra anécdota la sufrió la actriz Ellen Burstyn, mientras se encontraban haciendo la filmación en la que su hija poseída la empuja y cae contra el suelo. El aparato que la tenía sujeta, sin explicación alguna, le dio un tirón mucho más fuerte de lo previsto. Esto le produjo golpe en el coxis y le ocasionó una lesión espinal permanente durante toda la película.
El miedo se apoderó tanto de los productores, que tuvieron que contratar a un sacerdote para que diera su bendición a todo el equipo de producción. Pues al parecer el ambiente se estaba tornando más tenso de lo que se pensaba.
El hombre que hizo el papel del padre Dyer, no era actor, era en realidad un sacerdote. En algún momento el propio director Friedkin, molesto y cansado de repetir tantas veces una escena que no salía como él quería, se dirigió al sacerdote y le preguntó “confías en mí”, y después que el cura contestara que sí, le dio una fuerte bofetada al actor y este inmediatamente se puso a grabar.
Al parecer no solo afectó a los involucrados con el filme. Pues el día del estreno en 1973, causó tal histeria que muchos se desmayaron y hasta algunos fueron sacados de las salas de cine en ambulancias, por crisis de ansiedad.
Pero las tragedias no habían terminado allí. Un año después se estrenó la adaptación teatral de esta novela. La “supuesta” maldición alcanzó a la actriz Mary Ure (quien interpretaba a Regan). Pues la siguiente noche al estreno, no hubo presentación. Mary Ure fue víctima de un suceso fatal: la hallaron muerta en su casa  por “extrañas circunstancias”.
Otra de las películas que encierran una historia mortal, es “Poltergeist”. Para quienes no la hayan visto, el filme nos relata la historia de una familia que vive en una casa, aparentemente “normal”. Todo cambia cuando Carol Anne (Heather O'Rourke), la pequeña de la familia, contacta con espíritus a través de la televisión. Sus padres luego de presenciar sucesos extraños, buscan la ayuda espiritual para acabar con los poltergeist.
Muchos creen que se trata de una “película maldita” pero, ¿qué fenómenos ocurrieron para ser llamada de esta manera? Pues se basan en los siguientes hechos; la niña Heather O’Rourke, la pequeña rubia de ojos azules, despertó un día con fuertes dolores y falleció a los 13 años de dos paros cardíacos y una rara enfermedad a la que los médicos llamaron “Shock Séptico”. Pero la mala fortuna continuaría. Dominique Dunne, quien interpretaba a la hermana mayor, fue asesinada brutalmente por su ex novio. Julian Beck, el reverendo del film, murió en la segunda parte de la película, por un cáncer de estómago, poco después de terminar el rodaje. Y Will Sampson, quien afirmaba ser chamán en la vida real, murió por complicaciones en un transplante de corazón y pulmón.
Las escenas de muerte que solemos ver en películas de terror, muchas veces superan la fantasía. Tal es el caso del actor Brandon Lee, quien con tan solo 28 años de edad, mientras filmaba la película El Cuervo, fue herido de muerte tras recibir un disparo "accidental" en el abdomen, durante la filmación de una escena.
Otra de las películas que esconde un oscuro secreto es “La Profecía”. El hecho más terrorífico luego de la película fue el de John Richardson, encargado de los efectos especiales, quien tuvo un accidente automovilístico un viernes 13 (poco después del rodaje de la película) en el que murió su acompañante. Lo más curioso es que el accidente tuvo lugar en el kilómetro 66’6. 
Otro clásico en películas de terror es El bebé de Rosemary”, y por supuesto entra en el grupo de películas “malditas”. Los acontecimientos que sucedieron después del estreno ponen a pensar a más de uno. Muchos acabaron convencidos de que la película estaba “maldita”. Después de algunos extraños sucesos, como la muerte del compositor y los graves problemas en el riñón que envolvieron al mismo productor.
Pero quizá la parte más terrible de la historia la sufrió el director, Roman Polanski. Su esposa Sharon Tate, embarazada de 8 meses, fue asesinada junto a otras cuatro personas en su propia casa por Charles Manson y su secta satánica.
Como detalle curioso y desafortunado, también puedo comentarles que John Lennon, músico, compositor y fundador de The Beatles, fue asesinado frente al lugar donde fueron filmadas algunas escenas de la película.
Pero no podemos dejar pasar algunos hechos ocurridos en Venezuela, pues no solo suceden en películas, estos acontecimientos nefastos también han sido parte del teatro.
Tal es el caso del actor Julio Villarroel, cuando en 1921 interpretaba un personaje en una obra de teatro. Pero al parecer la realidad superó la fantasía, cuando sufrió un infarto “repentino” en la misma escena en que, se suponía, debía morir.
Aunque no fue el único, muchos de los que están relacionados con el teatro y el cine, conoce o por lo menos ha escuchado esta historia. En 1977, en el teatro Teresa Carreño, Marco Antonio Ettedgui, murió en pleno escenario cuando la protagonista de la obra lo apuntó y disparó para llevar a cabo el acto final. Lo que nunca se imaginaron era que “raramente”, el rifle se dispararía realmente.
Era un rifle del siglo 18, y para poder cargarlo, antiguamente le colocaban primero la pólvora, luego la bala y de último un tapón para que la bala no saliera y todo esto se hacía con un palo fino. Pero al disparase no salió precisamente la bala, sino el palo que quedó “extrañamente” dentro del rifle, clavándose en el pecho de la víctima. A pesar del trágico accidente, entre los gritos y la confusión, solo se escuchaban los aplausos de un público complacido, con un “gran” final.
Pero no solo el teatro y el cine se llevan las muertes más extrañas y espeluznantes, existen las denominadas “muertes curiosas”, aquellas que la historia no ha conseguido despejar por completo.
Allan Pinkerton, detective y espía escocés, murió de una infección después de morderse la lengua cuando se resbaló en la calle.
Isadora Duncan, una bailarina estadounidense, quien murió estrangulada a causa de una bufanda que le encantaba usar. El auto en el que se encontraba iba a toda velocidad cuando la bufanda se quedó enganchada en la rueda y la arrastró con terrible fuerza, precipitándola con violencia contra la calle.
Extraña también es la muerte de Dick Shawn, un comediante que tuvo un ataque al corazón y murió, mientras contaba un chiste.
Y porqué no extrañarse de este suceso, Christine Chubbuck fue la primera y única presentadora de noticiero en suicidarse durante un programa en vivo; sus últimas palabras fueron: “Para mantener la política del canal 40 de traerles lo último en materia de sangre y entrañas, y a todo color, aquí tienen otra primicia: un intento de suicidio”. Y a continuación, Chubbuck sacó un revólver y se disparó en la cabeza.
Ciertamente estas historias seguirán asombrándonos, así como a muchos de los actores y protagonistas que no pudieron evitar quedar impregnados con estos funestos finales. Pero lo cierto es que estas tragedias rondan el mundo del cine y el teatro, y creamos o no, siempre quedará la duda: ¿Serán trágicas maldiciones o macabras coincidencias?
El Exorcista




Poltergaist




Rosmery Baby´s




La Profecía






ADRIANA RODRÍGUEZ


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